Por Alejandro Iglesias, sommelier*.
Elaborar un vino a partir de la cepa más dócil que existe suele ser un reto para muchos enólogos pero nuestro país ya cuenta con estilo propio, muy diferente al de borgoña pero que igualmente cada día suma más adeptos.
Más allá de sus orígenes remotos, lo más importante de la Pinot Noir es su perfil noble y elegante que le valió el rol protagónico de muchos de los vinos más exclusivos del planeta.
Los expertos la consideran la niña mimada. Los extremos cuidados que deben tenerse durante su madurez y posterior vinificación, superan muchas veces los límites de la técnica. Sus mejores resultados se logran, como en la mayoría de los casos, en aquellos viñedos donde se siente realmente a gusto y cuando es así sus vinos suelen ser sublimes. Cabe destacar que es de las cepas más susceptibles a las características del hábitat donde se la cultiva.
Pero el gran desafío que implica su cultivo se debe a la sensibilidad para adaptarse a nuevas latitudes, algo que suele ser bastante complicado.
Entre las exigencias de la Pinot Noir principalmente están los climas frescos, ya que su maduración temprana puede verse afectada en zonas calurosas. Por otra parte, su piel delgada no resiste altos niveles de insolación mientras que sus pequeños racimos no toleran vientos violentos. Como se puede observar, encontrar regiones aptas no es nada sencillo.
Pero como se mencionaba con anterioridad, cuando se encuentra a gusto… da vida a vinos complejos, refinados y sofisticados. Su cuerpo dócil y elegante suele sentirse como una caricia en el paladar, mientras la pronunciada acidez brinda un frescor balanceado.Sus aromas de frutos frescos como las cerezas y las guindas junto a notas terrosas son un festín para los amantes de los grandes vinos. A pesar de tratarse de una variedad tan sensible, con el paso por barrica adquiere las cualidades necesarias para desafiar al paso del tiempo y lograr una evolución extraordinaria.
Entre los prestigiosos vinos elaborados con Pinot Noir están los de Borgoña, debido a que en esta región francesa se encuentran los elementos del terroir necesarios para que el resultado sea perfecto. A tal grado llega esta perfección que aquí se obtienen muchos de los vinos más preciados del planeta e incluso algunos de los más costosos, cuyas botellas llegan a valer algunos miles de euros.
Otra muestra de la jerarquía de esta cepa es el papel fundamental que cumple en la elaboración ni más ni menos que en la Champagne. En estos fríos viñedos se logran vinos frescos y elegantes que definen tanto la estructura como la longevidad de los espumosos más renombrados del mundo. A su vez sus aromas definen el estilo de los mejores exponentes que no necesitan presentación.
Ante estos resultados es lógico que los productores del mundo quieran tener un Pinot Noir. Por eso mismo hoy es posible encontrarlo en casi todos los países vitivinícolas, incluida la Argentina.
En nuestro país está presente desde hace muchísimos años y supo ser el corazón de los clásicos espumosos locales. Pero en los últimos tiempos mucho se ha trabajado en la búsqueda de regiones propicias para su desarrollo siendo en Patagonia y Mendoza donde se logran los mejores resultados.
Claro está que el clima patagónico, algo más fresco que el cuyano, presenta sus ventajas, pero en Mendoza la altura ayuda a regular el termómetro y las frías noches una maduración beneficiosa.
Igualmente el estilo del Pinot Noir argentino es muy diferente al francés. Por más que se busquen emplazamientos adecuados, las temperaturas medias de estas latitudes distan mucho de las europeas a lo que se deben sumar las soleadas jornadas características de las zonas vitícolas del país.
Es así que el Pinot Noir local ostenta colores profundos y concentrados, aromas de frutos maduros y estructura marcada, aunque sí mantiene intacto el perfil terroso y mineral. En conclusión, un Pinot Noir con carácter ideal para quienes buscan vinos contundentes. Como corresponde en esta cepa, el terroir define su temperamento.
Dentro de esta personalidad se encuentra Las Perdices Reserva Pinot Noir 2009, una manifestación de la gran calidad que esta cepa puede lograr en suelo mendocino y demuestra una diversidad de estilos que sólo el mundo del vino conoce.
*Miembro de la Asociación Argentina de Sommeliers.
http://www.aasommeliers.com.ar/