Agua, tan importante como vital

El agua es fundamental para el desarrollo de la vid y la calidad de las uvas, y en la vitivinicultura se usan enormes cantidades y varios tipos de riego

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Por Verónica Gurisatti, sommelier.

 

Algunas bodegas argentinas ya empezaron a trabajar para optimizar el uso del agua, tanto en los viñedos como en las instalaciones, ya que al ser un recurso limitado el desarrollo sustentable es fundamental. Este concepto viene llamando la atención de investigadores de distintas disciplinas desde los años setenta cuando el mundo tomó conciencia de que el progreso y ciertas actividades industriales estaban contaminando el planeta.

 

A fines de los ochenta, la ONU (Organización de las Naciones Unidas) emitió un documento en el que además de advertir a la humanidad que debía modificar sus estilos de vida, definió al desarrollo sustentable como “el que satisface las propias necesidades sin poner en peligro la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer las suyas”.

 

El agua es vital para el desarrollo de la vid y la calidad de los frutos, un recurso cada vez más escaso que se usa en enormes cantidades, no sólo para mantener la limpieza de las bodegas sino también desde la base de producción. En la Argentina se cultiva en zonas desérticas con muy pocas lluvias y el riego llega a las fincas en forma artificial, ya sea encauzando el agua de deshielo que baja de las montañas a través de los ríos o mediante napas subterráneas.

 

Tipos de riego
En nuestro país se usan tres tipos de riego:
* Por manto: es la inundación del terreno y se usa en parrales, espalderos y sistemas de conducción libre, pero consume una enorme cantidad de agua.

 

* Por surco: son zanjas lineales que atraviesan el viñedo en forma paralela a las hileras y reciben el caudal de un surco principal ubicado en la cabecera de la parcela, y es uno de los métodos más usados por su buen rendimiento, bajo costo y fácil manejo.

 

* Por goteo: es el riego localizado en mangueras que distribuyen el agua directamente a la raíz y en los últimos años se difundió muchísimo por su excelente rendimiento, ahorro de agua y nivel de humedad constante del suelo, pero es el más costoso de todos.

 

Más allá de los pros y los contras de cada uno de estos sistemas, lo que más preocupa a las bodegas en los últimos años es su optimización porque el manejo eficiente del agua es sinónimo del manejo eficiente de la energía. Hoy, por suerte, ya son muchas las que están desarrollando nuevos planes de trabajo y manejos de cultivo, tanto en producciones convencionales como en plantaciones orgánicas y biodinámicas.

 

Pero además de la administración hídrica que hagan las empresas y las medidas preventivas y correctivas que se lleven a cabo, también es fundamental optimizar el uso de sistemas de riego sustentables ya que en la mayoría de las zonas productivas tanto en Mendoza como en San Juan, Salta o La Rioja, todavía está muy generalizado el sistema de inundación o manto.

 

Por eso es clave tomar conciencia sobre el uso racional del agua y su importancia vital, no sólo para el funcionamiento de una bodega sino también en la vida cotidiana, y este paso ya lo empezaron a dar algunas empresas no sólo para concientizar sino también para sustentar técnicamente cada una de las iniciativas y mitigar los impactos negativos que pueda tener esta actividad.