Los 10 años de los Durigutti: cuando lo primero es la familia

Una de las bodegas preferidas de Club BonVivir y sus socios acaba de celebrar sus primeros 10 años de vida. Una década que no sólo significa la materialización del sueño de la bodega propia para este dúo de hermanos enólogos sino también un punto de partida hacia nuevos desafíos. Como no podía ser de otro modo, estuvimos allí para brindar con ellos y poder contarles algunas novedades.

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Por Alejandro Iglesias (@AleIglesiasWine), sommelier*

 

La historia de los hermanos Durigutti, Héctor y Pablo, les sonará familiar ya que la hemos compartido en algunas de las ocasiones en que sus vinos formaron parte de nuestras Selecciones Exclusivas. Aunque hoy no sólo nos motiva la presencia de su Durigutti Bonarda en nuestra actual selección exclusiva sino también el festejo de sus primeros 10 años de vida. Algo para destacar en esta familia sin historia previa en la industria hasta el 2002, cuando decidieron juntarse para soñar con el primer vino elaborado por dos hermanos. Un concepto tan innovador como complicado que hoy sigue vivito y coleando en las pocas botellas aún disponibles del Familia Durigutti Reserva 2002.

Según cuentan, en aquel año ambos sentían la inquietud por iniciar un camino propio tras años de trabajo en importantes bodegas. Por su parte Héctor, el mayor de la familia, contaba con una contundente experiencia junto al reconocido winemaker Alberto Antonini con quien trabajó en el desarrollo de Alto Las Hormigas, Renacer, Melipal y muchas otras exitosas  bodegas. Mientras tanto Pablo se desarrolló junto a Mariano Di Paola en Bodega La Rural con intervenciones en algunas bodegas del grupo Catena.

De este modo Héctor se nutriría de una importante dosis de enología clásica y tradicional ligada al viejo continente mientras que Pablo contaba con un perfil más moderno orientado al nuevo mundo del vino.

Como muchos colegas, siempre tuvieron el sueño de elaborar un vino con su apellido y ser la primera generación de enólogos de una familia sin el respaldo que esta industria muchas veces exige, lejos de amedrentarlos se convirtió en su principal estímulo. Pero querían hacerlo de un modo original, como nunca nadie lo había intentado.

Fue así que en aquella ocasión cada uno se encargó de la elaboración del 50% del vino que posteriormente ensamblarían. “Hoy con orgullo podemos asegurar que este vino nos permitió dar forma a un gran sueño y nos llenó de alegrías”, confesaría Héctor durante el encuentro que concluiría con una degustación vertical de esta etiqueta hasta su cosecha 2007 y la presentación del Durigutti 10 Años 2008.

Durante estos primeros 10 años la bodega consiguió ocupar un importante lugar tanto en la escena local como internacional, aunque aseguran que fue en el exterior donde más éxitos han cosechado. “Exportamos el 90% de lo que producimos y si bien siempre quisimos estar en nuestro país, las buenas calificaciones alcanzadas por nuestros vinos en los medios internacionales nos permitieron lograr una demanda sostenida en importantes mercados de exportación”. Hoy con USA como destinatario del mayor porcentaje de sus vinos, los Durigutti también se consiguen en Brasil, Canadá, Centro América, Europa y China.

Entre los tantos logros alcanzados por sus etiquetas claro está que el más destacado fue en 2010, cuando la prestigiosa revista especializada Wine Spectator ubicó su Durigutti Malbec 2008 en el puesto 74 de su TOP100, considerándolo entre los mejores vinos del mundo en aquel año. A esto se sumarían altas calificaciones de muchos otros expertos que la ubican entre las bodegas con mayor cantidad de vinos por encima de los 90 puntos.

Gracias a todos estos logros su estilo ha llegado a marcar tendencia entre los vinos tintos argentinos que buscan maximizar la expresión frutal siempre respaldada de carácter y personalidad. “Elaboramos vinos de estilo moderno y vanguardista, buscamos buena estructura, color y fruta”, afirman los hermanos.

En medio de los festejos también aprovecharon para hacer tres importantes anuncios. Por un lado oficializaron la presentación del Aguijón de Abeja, una nueva línea de vinos jóvenes de imagen moderna cuyo diferencial está en el origen de las uvas, ya que cuenta con un Torrontés de La Rioja, un blend blanco de Valle de Uco, un Bonarda de Catamarca, un Syrah sanjuanino junto a un Malbec y un Cabernet de Mendoza.
Simultáneamente llegan los HD o Hermanos Durigutti, su primera línea de single vineyards con tres Malbecs de Altamira que son la interpretación de estos dos enólogos sobre uno de los terruños más destacados del país.

Finalmente anunciaron que del mismo modo en que muchos proyectos europeos llegan a nuestro país, ellos decidieron cruzar el charco para elaborar en la Toscana los Durigutti Chianti Clásico y Riserva que llegarán al mercado para fines de 2012. Un paso tan innovador como aquel que dieron hace una década.

 


10 años en 7 botellas
Como parte de los festejos pudimos asistir a una degustación vertical de su etiqueta Familia Durigutti Reserva, su Malbec high-class que dio origen a la bodega, desde su cosecha fundacional hasta la 2007 (última presente en el mercado).

Un aspecto para destacar de esta degustación es que a diferencia de muchas otras en este caso se trataba de 6 cosechas de un vino elaborado siempre por los mismos enólogos, a partir de uvas siempre de las mismas viñas y buscando siempre una misma expresión. Es decir, todos los factores serían los mismos excepto el año de cosecha, una experiencia que permite comprobar las incidencias del año en el vino.

Como principal conclusión no podemos dejar de mencionar la entereza del 2002, un vino complejo, expresivo y aún vibrante que promete algún tiempo más de vida en botella. Otro de los destacados fue el 2004 cuya expresión floral en primer plano sobre fondo balsámico junto a un paladar amplio y jugoso se convirtió en el favorito de la mayoría. En cuanto al 2006, fue el segundo más aplaudido con contundencia frutal tanto en nariz como en paladar donde se percibe goloso y de final largo.

Una vez concluida esta degustación fue el turno del Durigutti 10 Años 2008, un vino que marca el nacimiento de una selección de sus mejores vinos que sólo se presenta cuando la cosecha lo amerite y que en este caso se trata de un corte de Malbec, Merlot, Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc y Syrah.

Podemos asegurar que acudimos a la celebración de la bodega de una familia sin pasado pero con un presente sólido y un gran futuro por delante. ¡Salud amigos Durigutti, por muchos años más!

*Miembro de la Asociación Argentina de Sommeleirs (www.aasommeliers.com)