Todos sabemos que una copa de tinto es ideal cuando el termómetro explora la zona de un solo dígito. Ahora si querés explorar vos, probá con sabores nuevos como lo de estas simples recetas.
Una vez más el frio nos tomó por sorpresa. El invierno se adelantó y hay que buscar la manera de calentar el cuerpo. Una copa de vino siempre es una opción pero algunas alternativas pueden convertirse en un plan inolvidable para una próxima reunión con amigos o una noche romántica frente a la televisión. Por ejemplo, pensar algunos cocteles con vino que ayuden a subir la temperatura. Probá con estas tres recetas y contanos cómo te fue.
Antes unos consejos. Por más que el vino se vaya a alterar organolépticamente en la unión con otros ingredientes, vale considerar que cuanto mejor sea la bebida más altas son las chances de éxito. Es decir, no hace falta descorchar un vino Premium para estas preparaciones pero tampoco ir por uno muy económico. Por lo tanto, es recomendable buscar una botella más que decente. Para las recetas calientes conviene servir las bebidas tibias ya que el alcohol podría incomodar si se calientan de más. Para estas opciones además es importante pensar en tazas y no copas o vaso, el calor podría quemarnos las manos o hasta trillar el cristal.
Mulled Wine. Esta receta consiste en calentar el vino junto a varios ingredientes que le dan sabor y carácter. Un dato a considerar es que durante el tiempo que se calienta el vino, este va a disminuir su graduación pero de todos modos la temperatura le da una importante personalidad en boca.
Lo ideal es buscar algún vino ligero como un Malbec sin crianza, quizás un tempranillo o hasta un Pinot Noir. Los ingredientes pueden variar según los gustos pero es tradicional para estas preparaciones usar clavo de olor, piel de naranja (si son amargas mucho mejor), canela, laurel (ojo que al calentarse puede ser muy invasivo), algunas gotas de esencia de vainilla y un anís estrellado. Para compensar los sabores amargos que podrían liberar estas especias e ingredientes es bueno sumar una taza de azúcar por cada botella que se utilice.
Basta con mezclar todo en una olla a fuego bajo e ir agregando los ingredientes una vez que el vino este caliente. Revolver por unos diez minutos y servir tibio, idealmente en tazas.
Honney Wine. Esta receta levanta mucho el espíritu en los días fríos pero sobre todo cuando la garganta está algo molesta o con catarro. No es un tratamiento medico pero sin dudas que ayuda.
Para esta receta se puede pensar en Merlot o bien en algún Syrah. Al vino se le agrega jugo de arándanos, miel, canela y algunos clavos de olor. La cantidad de jugo de arándanos debe ser similar a la del vino y con una taza de miel para esta cantidad de bebidas estará bien. Una vez que el vino y el jugo están tibio o a punto de hervor se agrega la miel para que se ensamblen. Evitar que la mezcla hierva, esto podría generar mucho sabor amargo.
Servir en tazón con algunas láminas de limón fresco.
Sangría de invierno. Para esta opción hay que buscar un vino bien frutal, incluso un rosado de Malbec puede funcionar. Se agregan dos manzanas verdes fileteadas por botella de vino, 5cl de algún licor de naranjas, canela y la piel de una naranja evitando las partes blancas. Se puede agregar azúcar si fuera necesario. Calentar la mezcla por 20 minutos como mínimo, colar y al servir, agregar algunos frutos del bosque a la taza.
También con burbujas. Así como el verano es temporada de spritz y cocteles frescos a base de espumosos en invierno se puede recurrir a las burbujas pero con sabores de estación. Por ejemplo, frutos rojos o bayas. Un opción es a una copa de espumoso, preferentemente seco, sumarle unas cuantas gotas de licor de cassis, los aromas se llevan muy bien con el frío. Si no, en una copa flauta se puede servir una tercera parte de Amaretto, un dash de jugo fresco de limón y completar con espumoso Brut y decorar con frutos rojos frescos como arándanos. Será un trago seco y refrescante de sabores intensos.
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