¿Qué vinos van mejor con nuestros platos más tradicionales?

Dejemos de lado los maridajes más sofisticados y repasemos que conviene descorchar cuando la tradición manda.

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Las notas de vinos y gastronomía siempre abordan recetas sofisticadas y propuestas de maridajes que se ven maravillosas pero también inalcanzables. Foie gras con Sauternes, ostras con Champagne, quesos y Porto Vintage y la lista podría seguir eternamente. Pero ya todos sabemos que un vino dulce de Burdeos con foie gras van de maravillas y también que ese vino con una porción de queso y dulce puede ser una gloria o que el foie gras siempre encuentra un buen maridaje más allá de los clásicos. Entonces dejemos de lado el glamour gastronómico y los vinos aspiracionales para enfocarnos en los clásicos de la gastronomía vernácula, esos platos que con amor siempre saben mejor y cuya mejor receta es siempre la propia.

Hoy repasamos qué vinos son ideales para los platos que más nos representan.

Milanesas. De peceto, de nalga, de pechuga y hasta de lomo, a los argentinos nos encanta empanar los cortes más sabrosos para freírlo y disfrutarlos en compañía de puré, papas fritas, ensaladasshutterstock_232013788 y si se nos permite un huevo frito encima. Según encuestas de reconocidos medios las milanesas son el plato preferido por los argentinos y también el más popular. Para este plato hay que tener en cuenta que el aceite es un medio graso, por más que las saquemos “sequitas”. Además el empanado absorbe el aceite y hace que cada bocado sea bastante sustancioso por lo tanto hay que recurrir a vinos ligeros, en lo posible de rica frescura. Entre las cepas se van a lucir las blancas como Chardonnay, Sauvignon Blanc y hasta Viognier por ser más refrescantes y ácidas mientras que en materia de tintos lo ideal serán los vinos sin paso por barrica o con crianzas cortas de cepas como Malbec, Bonarda o algún Pinot Noir.

Guiso de lentejas. En cada casa hay una receta para prepararlo mejor. Con chorizo colorado, con o sin papa, un caldo de receta secreta y diferentes condimentos. En general es un potaje sabroso que debe comerse caliente y si es en un día frío mucho mejor. Los blancos de Sauvignon Blanco, de corte o bien de cepas como Semillón le hacen justicia pero los argentinos preferimos los tintos y conviene buscar aquellos ligeros y frescos de Syrah, Sangiovese, Barbera y Bonarda como primera opción.

Locro. Es un clásico de la fechas patrias pero que en invierno se disfruta en varios hogares. La receta no admite muchos cambios y casi todos siguen al pie de la letra las mas tradicionales que implican maíz blanco, porotos, zapallo, batata, chorizo colorado y hasta patitas de chancho. Como sabemos es un plato humeante y potente que junto a un tinto brioso puede desatar un infierno al paladar por lo tanto mas vale buscar algún Malbec joven con poca crianza y buena frescura o animarse a un blanco de Torrontés para ser bien nacionalistas.

Pastel de papa. Aunque en los últimos años las versiones de este clásico cambiaron y hasta permiten puré de calabaza y pollo en lugar del típico puré de papas y carne picada con verduras y pasas de uvas hay que destacar que en otoño e invierno es un plato que se agradece más que nunca. Para este caso la clave son los tintos ya que hay suficiente sabor como contrarrestar estructura y vigor. Algún Malbec de cuerpo medio, o bien un Cabernet joven o algún blend son lo primero que se debe buscar, pero también funcionará un Bonarda y hasta algún Merlot.

Puchero. Es otra receta muy tradicional pero que tiene muchos adeptos en los días patrios. Básicamente por que lleva trabajo completar la lista de ingredientes así como shutterstock_293321936para prepararlo correctamente. Codillo de cerdo, nabizas, porotos y garbanzos son quizás los menos habituales de tener en casa pero también los que definen el mejor sabor. Para este plato que se sirve junto al caldo de cocción un Chardonnay con crianza es la mejor alternativa, y no hace falta servirlo helado sino en un punto medio para que no contraste demasiado con la temperatura del plato.

Pastelitos. Estos “paquetitos” con repulgue y dulce de membrillo o batata en el interior son maravillosos durante un domingo de lluvia o mucho frío. Receta simple y rápida que puede convertirse en un excelente cierre de mesa. Seguramente más de una vez lo acompañaste con mate o café con leche pero después de un asado o en la mesa familiar podes hacerle honores con algún blanco de cosecha tardía idealmente de torrontés o de Sauvignon Blanc, es decir, algún vino dulce de buena aromática y acidez vibrante.

Arroz con leche. Otro postre internacional pero que también sentimos propio. La receta es simple y podemos decir que el mundo se divide entre los que lo aman y los que lo odian. Pero nadie puede negar que es un postre sabroso que sabe mejor cuando se corona con canela. Aquí la sugerencia puede ser un cosecha tardía tinto, de malbec por ejemplo, o un fortificado tipo Porto.

 

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Muchos platos típicos argentinos pueden convertirse en un verdadero festín si se los acompaña con el vino más indicado.