Bodega Lagarde es un establecimiento con una imagen sólida en el mercado ligada a la tradición e historia de la vitivinicultura mendocina. En su edificio de Luján de Cuyo se han elaborado vinos muy preciado como el Lagarde Semillón 1942 del cuál aún varias botellas siguen en el mercado pero también vinos imponentes como los Henry mientras que hoy la apuesta es hacia las diferentes expresiones del terroir y la elaboración de vinos sustentables.
Desde hace quince año es Juan Roby quién dirige enológicamente la bodega, un winemaker formado en Montpellier y con vasta experiencia local e internacional. En nuestra última visita a la bodega conversamos con él para entender cuál es el diferencial en sus vinos que nuestros socios disfrutaran en el mes de febrero.
Juan, sos parte de Lagarde desde 1999, en estos años hemos visto una importante consolidación de los vinos de la bodega y también que se han aggiornado sin perder su esencia más tradicional, ¿cómo definirías el camino recorrido y cómo imaginas el futuro de la bodega?
Cuando comencé en las fincas, siempre tuve muy claro que el objetivo era conseguir la máxima calidad posible en nuestras uvas. En 2003, Sofía Pescarmona me ofreció hacerme cargo de la enología pensando en que para hacer vinos buenos, la única manera es conocer a fondo la uva desde el viñedo. De esta manera, pudimos definir un estilo en nuestros vinos y ser coherentes a lo largo del tiempo, lo cual es un verdadero desafío. Con la familia propietaria de Lagarde hemos tomado la decisión de hacer vinos que nos gusten a nosotros, producidos de la manera más natural posible, con la mínima intervención, y tratando de que se note al máximo la tipicidad que imprime el terruño. De esta manera, el protagonismo lo tiene el viñedo y los vinos son reproducibles año a año al tiempo que son representativos de la añada y el lugar.

Actualmente, trabajan con viñedos longevos de Luján de Cuyo, pero también apuestan a viñas más jóvenes en Valle de Uco, ¿qué te da cada una de estas regiones y cuál es tu búsqueda en cada terroir?
Los viñedos antiguos de Luján de Cuyo son extraordinarios. Además de las características de suelo y clima (estamos en la que es considerada Primera Zona), las plantas antiguas tienen producciones muy estables y consistentes en calidad a través del tiempo: una planta añosa tiene el potencial de producir uvas de muy buena calidad, concentración y tipicidad. En el Valle de Uco, nosotros tenemos viñedos en Gualtallary, por encima de los 1350 metros sobre el nivel del mar. En esa zona, la combinación de las temperaturas muy frescas, sobre todo durante la noche y los suelos arenosos con mucha piedra y calcáreo, nos dan uvas de donde nacen vinos muy interesantes, con perfiles aromáticos bien salvajes, herbales y florales. La buena acidez, el color y estructura del tanino, hacen que estos vinos sean especiales. Nosotros seguimos apostando en todos nuestros viñedos a seguir conociendo cada uno de los sectores para descubrir el máximo su potencial.
Hoy, también son referentes en la producción orgánica, ¿desde cuándo están involucrados en estas prácticas y qué los llevó a aplicarlas?
Lagarde es, desde sus inicios, una bodega preocupada por el cuidado del medio ambiente, buscando reducir el impacto ambiental que ejercemos sobre la tierra. Las uvas con las que se produjeron estos vinos provienen de una centenaria finca de Mayor Drummond, que es donde está emplazada la bodega. Allí, siempre se trabajó de manera sustentable, pero fue en 2015 que se inició el proceso oficial para certificar de manera orgánica los viñedos, que fueron plantados en 1906. Con estos vinos, buscamos respetar y resaltar al máximo la tipicidad varietal y personalidad natural de las uvas provenientes de nuestro terruño más emblemático.
¿Qué desafíos y posibilidades encierran estas prácticas?
En nuestro caso, como en este viñedo el manejo siempre fue tradicional, tuvimos que hacer muy pocos cambios para cumplir con los requisitos de las certificadoras. Personalmente, creo que el consumidor de vinos valora cada vez más el compromiso con el medio ambiente.
En Febrero, nuestros socios recibirán diferentes vinos de la bodega, por un lado Lagarde Cabernet Sauvignon y Viognier mientras que para la Selección Alta Gama elegimos el Guarda Colección de Viñedos Malbec DOC, ¿cómo te gusta presentar cada uno de estos vinos?
Lagarde Cabernet Sauvignon tiene una crianza de 8 a 12 meses en barricas de roble francés y, gracias a ese paso por madera, alcanza un delicado equilibrio entre fruta y madera. En cuanto al Viognier, podemos decir que es muy especial porque proviene del primer viñedo de Viognier plantado en Sudamérica. Por último, Guarda Malbec DOC es un emblema de nuestra bodega, pertenece a la primera denominación de origen que hubo en América y es un vino que tiene 12 meses de paso por madera. Tiene buena concentración y untuosidad, con taninos sedosos.
Por último, ¿qué novedades presentaron en los últimos meses?
En octubre pasado, lanzamos Lagarde Organic Rosé, que es un blend de Semillón y Malbec. Nos gustó la idea de reivindicar el Semillón, esa cepa tan mendocina y que, aun cuando desapareció bastante del mercado, nosotros mantuvimos en la línea Lagarde. Muy pronto, estaremos listos para lanzar al mercado Lagarde Malbec Orgánico.