Lucas Bustos festejó 15 años como chef de Ruca Malen

El chef que impuso la gastronomía en las bodegas mendocinas celebra 15 años al frente del restaurante de Ruca Malen.

Compartir la nota

La escena gastronómica mendocina ha cambiado mucho durante la última década. Muchos de estos cambios están relacionados al auge del turismo enológico que congrega miles de visitantes cada años a la tierra del sol y el buen vino.

 

Incluso, cada año más bodegas deciden sumar a sus propuestas gastronomía de alto vuelo, una oferta que hoy parece obvia pero que hace solo diez años atrás apenas un puñado de establecimientos ofrecía.

 

Hoy, con una de las rutas del vino más hermosas del planeta y consagrada como una de las Capitales del Vino, Mendoza se ha convertido en meca de la cocina argentina. Entre los que hicieron esto posible se destaca Lucas Bustos, quién en 2004 invirtió todos su capital (“cuatrocientos ochenta pesos”) y un disco de arado para montar la cocina de la Bodega Ruca Malen. Así nacía el primer restaurante de concepto en bodega y se comenzaba a escribir la historia de las cocinas más importantes de las bodegas mendocinas.

 

 

Para celebrar estos quince años, Bustos convocó a una cena en la bodega junto a Noelia Torres, winemaker de la casa, y juntos maridaron la historia de Ruca Malen con los mismos platos que el chef cocinó para la primera carta del restaurante. “Quiero honrar a Jean Pierre Thibault (fundador de Ruca Malen) quién fue el primero en confiar en mi proyecto y a todos los que pusieron el lomo durante los primeros días de este restaurante”. Así la noche transcurrió entre anécdotas de estos quince años y botellas incunables como Kinien de Don Raúl 2004, Ruca Malen Grand Cru Cabernet Sauvignon 1999 y muchas sorpresas más.

 

El chef. Lucas Bustos es un estudioso de la cocina del vino y un emprendedor de restaurantes de bodegas. Tras haber estudiado y trabajado con grandes chefs en Nueva York, a comienzos del 2000 decidió regresar a Mendoza para emprender su propio proyecto gastronómico. Pero todo cambiaría en 2004, cuando la gastronomía en bodegas o en cercanía de las rutas del vino eran impensadas. Fue en aquel año que Bustos ofreció el primer Menú Degustación orientado al terroir en una bodega argentina.

 

Con el paso del tiempo, decenas de otras bodegas instalaron ese concepto y hoy Mendoza es una de las regiones del vino más importante del mundo.

 

En los espacios gastronómicos de Lucas Bustos la cocina se piensa desde los vinos, al revés de los restaurantes tradicionales: Bustos siempre propone un viaje por las copas mientras los platos acompañan potenciando sus virtudes.

 

Lucas Bustos junto a Juan Ventureyra, su mano derecha en los fuegos.

 

A Lucas y su equipo les gusta pensar en el ecosistema, por eso cuentan con varias huertas orgánicas donde cosechan trescientas variedades de productos, como pocos lugares en el mundo, y eso les permite presentar una carta amplia a los comensales.

 

Cada ingrediente es producido minutos antes de estar en el plato y las texturas y sabores originales llegan casi intactos al paladar de quienes los visitan. Esto crea un dinamismo en el menú según los productos que brida la huerta y no al revés y es parte del concepto del movimiento social llamado From Farm To Table (de la huerta al plato).

 

Actualmente Bustos lleva adelante con su equipo varios restaurantes de Mendoza.

 

Un chef muy premiado. En 2013, Lucas Bustos recibió la Medalla de Oro del Global Best Of Wine Tourism en la categoría Mejor Experiencia en Restaurante de Bodega del Mundo con su establecimiento en Ruca Malen.

 

En septiembre de 2018, en el marco de los premios Best of Mendoza`s Wine Tourism recibió el Oro para Espacio Trapiche en el rubro Restaurante de Bodega.

 

Desde 2018, ambos restaurantes fueron incluidos y recomendados por la prestigiosa Guía Michelín de Francia.

 

Lucas Bustos en Netflix. Por estos días, casi como una extensión de los festejos, se puede ver a Bustos en la serie “Andes Mágicos” donde es entrevistado como referente de la cocina mendocina.

 

Este documental de seis capítulos indaga la conexión de diferentes personas que trabajan y viven al lado de la Cordillera, con imágenes espectaculares. En el capítulo 2, llamado “Chile y Argentina, del Aconcagua al desierto”, Bustos da sus sensaciones: “Después de viajar por muchos lugares, me encontré con mi hogar, donde quise desarrollar mi cocina y conectar con la tierra…Este lugar es el olimpo para nosotros”.