¿Agitar la copa mejora el vino?

Muchas cosas cambiaron a la hora de beber un vino. Sin embargo, agitar la copa no pierde vigencia y nada puede remplazar este movimiento. ¿Por qué?

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Para los que amamos el vino cada descorche encierra un ritual. Desde el momento en que elegimos la botella empezamos a imaginar cada paso que daremos. Si la enfriamos o no, si la decantamos y con qué la acompañaremos.

 

Pero es cierto que algunos de estos pasos han cambiado con el tiempo. En lugar de enfriar la botella quizás ya la tengamos en una cava eléctrica a la temperatura ideal o bien podremos refrescarla con un ice jacket, el descorche podemos hacerlo con un sacacorchos o tal vez la botella tenga tapa a rosca o tapón de vidrio mientras que el decanter podemos reemplazarlo por un Venturi u otro gadget más moderno. Incluso la copa podrá ser de cristal o vidrio, copón o copa de degustación, con tallo o tipo vaso. También otros artículos modificaron la liturgia como sucede con el Coravin.

 

Ahora, lo que no cambia en como beberlo. Es decir, observarlo, olerlo y llevarlo a la boca es siempre igual. Y en este punto hay un recurso que nos permite saborear mejor cada sorbo y hasta nos permite parecer sofisticados, hablamos de agitar el vino.

 

¿Por qué agitamos las copas? Este paso es indispensable para apreciar aromáticamente el vino y la mejor forma de comprobarlo es oler la copa quieta y después de agitarla. Básicamente sucede que al mover el vino lo oxigenamos y así las particular odorantes se activan y son más nítidas.

 

Ahora bien, lo más importante es como agitar la copa y el modo debe ser siempre circular. No importa si es en sentido horario o no, pero si que sea en círculos. Por otro lado la copa se deberá tomar del tallo para no calentar el vino y no hay que hacerlo de modo brusco, todo lo contrario.

 

Hacerlo antes de cada sorbo seguro nos permita comprobar como el vino evoluciona en copa, se abre y nos brinda una aromática más compleja y profunda. Esta claro que decantar el vino acelera este proceso pero aun un vino decantado continua evolucionando en la copa.

 

Otro dato importante es cuanto vino se sirve ya que si se rebasa la medida adecuada corremos riesgo de mancharnos con el movimiento mientras que si servimos demasiado poco igual podremos apreciar los aromas.

 

 

Todo un desafío. Mucha gente al vernos girar la copa intenta repetir el movimiento aunque con temor de mancharse o hacer el ridículo. Para ellos hay un secreto muy simple: girar la copa apoyada en la mesa hasta incorporar el movimiento. El efecto es exactamente el mismo.

 

Así que no dejemos de agitar las copas con cada vino que probemos.