Jorge Noguera es un joven enólogo a cargo de los vinos de Bodega Amalaya. Desde hace unos meses se encarga de los cortes de esta usina de vinos modernos y expresivos que tanto gustan a los socios de nuestro Club del cuál él también es socio. Charlamos con Jorge de sus vinos y cuánto disfruta de las Selecciones de Club BONVIVIR.
¿Cómo te iniciaste en la enología?
Nací y me crié en la provincia de Mendoza donde tuve una infancia bastante ligada a la vitivinicultura. En 2010 me gradué de Enólogo en la facultad de Don Bosco aunque mis primeros pasos en el campo profesional fueron en 2005 en Bodega Norton donde formé parte del equipo enológico por 10 años. En paralelo tuve la oportunidad de experimentar vendimias en Francia y California.
Desde 2014 formo parte de Grupo Colomé, al principio como responsable de calidad y con activa participación en el área de enología. Finalmente, en 2017 fui nombrado enólogo de Bodega Amalaya.
¿Cuál es el perfil de Bodega Amalaya?
Bodega Amalaya es nuestro laboratorio de innovación. Desde su fundación en 2010, la bodega se centra en crear blends únicos que supieron cautivar a sus consumidores con calidad y elegancia de la mano de vinos jóvenes y vibrantes. Mirando hacia adelante, para mí el desafío de la bodega es mantener la calidad y elegancia basada en la identidad del Valle Calchaquí y lograr el reconocimiento de estar entre los mejores vinos argentinos, logrando cautivar cada vez a más consumidores. El porfolio de Bodega Amalaya ha tomado gran protagonismo entre los vinos argentinos, tanto para el mercado local, como para las exportaciones.

¿Que características tiene el terruño que da origen a los vinos de Amalaya?
Amalaya se encuentra en Cafayate, corazón de los Valles Calchaquíes. La región se distingue por ser uno de los terruños vitivinícola de mayor altitud en el mundo, con alturas que van desde los 1700 hasta los 1850msnm. Es uno de los lugares más vibrantes de Argentina que permiten mostrar al mundo, la diversidad de suelos, variedades y estilos que nuestro país posee.
En Amalaya contamos con dos viñedos: Finca Las Mercedes y Finca San Isidro, donde hay plantadas 107 hectáreas y con posibilidad de plantar 100 más. Se cultivan variedades como el Malbec, Cabernet Franc, Cabernet Sauvignon, Tannat, Syrah, Torrontés y Riesling entre otras.
En ambas fincas tenemos el mismo clima con diferente suelo siendo. El clima es semiárido-desértico con precipitaciones entre 120 y 180 mm anuales, humedad relativa de 15% a 33% y una amplitud térmica diarias entre 18°C y 23°C. Máximas absolutas de 35ºC.
El suelo en Finca Las Mercedes es una planicie muy arenosa, pobre y profundo casi sin rocas y en San Isidro es suelo de piedemonte, rocoso con partes arenosas a franco arenosa, profundo, pobres en nitrógeno con buena concentración de potasio y presencia de minerales en general. Su topografía es irregular con pendientes compuestas.
Actualmente, ¿en qué instancia esta la bodega y que cambios tuvieron que hacer este año?
La bodega se encuentra en un momento clave para lo que sería el lanzamiento de los primero vinos 2020, ya en Junio hemos despachado desde Bodega Amalaya Torrontés Riesling y Amalaya Rosado 2020 para que puedan pronto disfrutarlos en su plenitud de frescura característica de esta cosecha 2020. Además estamos en los últimos detalles para el fraccionamiento de nuestro Amalaya Brut Nature Riesling -Torrontés 2020.
Por otro lado, hay tintos de crianza corta (8 meses) que están en tanques y otros con los cuales se está haciendo el recambio en barricas para su añejamiento de 12 meses.
Podemos decir que la bodega continúa en su ritmo normal con la aplicación de cuidados necesarios para trabajar en el marco de pandemia que nos toca vivir.
¿Qué planes tienen para la vuelta de la normalidad?
La Bodega esta en obra en víspera de poder ofrecer atención al público, algo que hasta el momento no teníamos habilitado. El proyecto cuenta con un espacio amplio donde se podrán dar a conocer los vinos de Amalaya y hasta incluso está previsto degustaciones y comidas.
Junto con esto se está trabajando en la posibilidad de ofrecer una nueva línea de vinos varietales.
Los socios acaban de recibir Amalaya Gran Corte, ¿cómo te gusta presentar este vino y que representa para la bodega?
Amalaya Gran Corte 2018 es un blend de 85% Malbec 9% Cabernet Franc y 6% Tannat. Las uvas son en su gran mayoría producidas en Finca San Isidro con un leve aporte de Malbec de la Finca Las Mercedes que le aporta fruta roja y frescura. Cosechadas de forma manual y transportadas hasta la bodega en gamelas de 15 kg, las uvas ingresan a la bodega para una selección de racimos y granos en forma manual. Luego son encubadas en piletas de cemento de 5.300, 7.500 y 14.500 litros donde la fermentación alcohólica se desarrolla en aproximadamente 15 días y el total de maceración alcanza a los 25 – 28 días. Buscamos fermentaciones a temperaturas bajas (no supere los 25°C) y intervenciones mínimas buscando no entrar en sobre extracción.
Terminada la maceración los vinos van a barricas de segundo uso en adelante donde lleva a cabo una crianza de 12 meses. Al término de la crianza el blend se compone a partir de una selección de barricas, se fracciona y va a botella por 6 meses antes de salir al mercado.
Se trata de un corte con Cabernet Franc, una de las cepas favoritas de los socios, ¿Qué potencial crees que tiene en los Valles Calchaquíes?
Sin dudas, el Cabernet Franc en su pequeña proporción en este blend es el gran protagonista de la elegancia, suavidad y frescura. Se trata de un varietal que nos gusta mucho y que hasta el momento estamos usando en blends y en proyecciones de a un futuro no muy lejano a tenerlo como varietal.
El Cabernet Franc, es una sepa que en el país viene creciendo tanto en producción como en consumo, sin quedar atrás los del valle calchaquí, con su aromática intensa pero al mismo tiempo una suavidad y elegancia que lo caracteriza.
Además, sos socio de Club BONVIVIR. Siendo enólogo, ¿cómo se disfruta del Club?
Ser socio del club, para mí es una satisfacción muy positiva, la posibilidad de probar la variabilidad de oferta de vinos, las expectativas por lo que vendrá y luego por lo que encontraremos dentro de cada botella. Formar parte de un club de vinos argentinos, hoy es una decisión que no puede fallar, pueden haber distintos estilos de vino pero no hay vinos malos, además de la seguridad del grupo de profesionales que mes a mes tienen la responsabilidad de definir la selección del mes, imagino, entre una enorme cantidad de bodegas que quisieran ser elegidas.
Tengo el agrado de que con mi esposa compartimos la misma profesión, y encontramos la manera de sobrevaluar las coincidencias del destino haciendo que lo que por un lado sería un trabajo en casa es un placer compartido. Nos gusta cocinar mucho y la botella de vino es lo primero en la mesa antes de cada comida.